lunes, 18 de julio de 2016

Maleantes y profetas






Lazlo Moholy



Estaba en Kualalumpur, en una calle atestada por un gentío que hablaba con gritos a diestra y siniestra. Un griterío como en un mercado eterno y extenso. Por el uniforme de los guardias, sus anchas libretas de apuntes, pensé que había ocurrido un accidente de tránsito en una de esas calles que apenas se puede caminar. Espere más de quince horas mientras estacionaba una ambulancia pintada de verde, (que me pareció grave cuando esos transportes siempre son en blanco) como la sábana que ahora un joven guardia me tiraba encima del cuerpo. En peso me levantaron hasta la camilla y seguidamente fui colocado en la parte de atrás del vehículo. 
Recuerdo cuando llegué aquí a Kualalumpur a un curso de radio operador. Mi estadía iba durar unos dos meses. Por el idioma, una jerga como si hablaras al revés, hizo que me quedara unos tres meses. Pues las clases terminaban como a las seis de la tarde, de allí que me decidía a recorrer las plazas y mercados y calles alrededor del hotel para no arriesgarme hacia otras calles amenazantes como las que existen en todas las ciudades. Pero lo que más me gustaba era irme a los muelles que por cierto estaban cerca. Había puestos de venta callejeros de mariscos y barcos amarrados y así fue como conocí a Xiu una vietnamita hija de un coronel suramericano. Es raro, verdad? Lo mismo me dije. Pero recuerden que en esa guerra se involucraron gentes de otras partes. Su padre suramericano había estado tres años en Saigón como espía de los boinas verdes. Ella era una consumada consumidora de pulpo. Nos topamos en una tolda improvisada y quedamos hablando y comiendo juntos. En los primeros cuarenta días que estuve nos enamoramos.  Yo dejé el curso de radio operador, total para qué, si conociendo a Xiu tenía toda la vida que jamás había tenido. A su padre no lo había conocido, según me explicó estaba por Escocia aprendiendo las técnicas de construcción de gaitas y al regreso pondría una pequeña fábrica aprovechando la abundante y miserable mano de obra barata kualalumperense. Entonces ocurrieron dos situaciones: a) los que me enviaron al curso fueron sorprendidos por mi renuncia y no les gustó nada lo que habían pagado y de pronto me salía con eso de renunciar porque como dicen “dos tetas jalan más que una carreta”, expresión que le escribí y no creo que les gustó y lo que querían era cobrarme la plata del curso,  b) al padre de Xiu, como viejo sabueso espía, ya le habían adelantado nuestro amorío y no le había gustado nada que su hija escogiera a un latinoamericano como esposo, porque, como se lo dijo, el único cabrón soy yo y cosas por el estilo de los militares.

Entonces las cosas empezaron a complicarse, la agencia donde había renunciado mandó a tres detectives, dos gordos y uno flaco (éste último drogadicto) para traerme de vuelta vivo o muerto. Para que pague las consecuencias (se refería a la plata) y sea más responsable con las responsabilidades. En cuanto al padre de Xiu, el mismo se encargaría de mi caso y de hacer desaparecer mi cuerpo y espíritu, de modo que la extinción era el mejor sitio para quitarle de encima del corazón y del cuerpo de Xiu a ese pendejo, como se lo dijo.

Tratamos de huir una noche por una vieja carretera hacia la frontera de Banckok, pero la lluvia y los mosquitos hicieron que me diera la fiebre amarilla que casi me mata en una aldea cerca de un río donde criaban muchos cerdos y había extensas plantaciones de arroz. Regresamos a la ciudad donde una tía de Xiu, que tenía un pequeño bar también improvisado como todos, nos dejó estar el fin de semana mientras me recuperaba. Pero dos de los tres detectives me habían seguido la pista y pernoctaban esperando el momento para aprehenderme y llevarme de vuelta pero sin Xiu. Pero logramos escabullirnos en la madrugada y mudarnos a otra casa cerca del río. Entonces el padre de ella, el suramericano espía, también había estado siguiendo pistas (recuérdese su pasado militar) y estaba por el área y créanme que se encontró con los detectives y pasaron a una balacera donde uno de los detectives, el flaco drogadicto, fue duramente herido y tuvieron que retirarse a un refugio de nuevo en el centro de la ciudad.


Pero los detectives fueron preparando su venganza y vinieron en la noche siguiente y aprovechando mis delirios por la fiebre, secuestraron a Xiu, la metieron a un carro alquilado y a toda velocidad anduvieron por todos los recovecos de una ciudad de más de 50 millones de habitantes. Cuando desperté tenía una pistola apuntándome a la sien, era el padre de Xiu en camiseta y pantalones cortos. Me interrogó sobre adónde se la llevaron, para quién trabajaba, quién era mi contacto, mi clave secreta. Y yo le explicaba que sólo era un operador de radio, que renuncié al trabajo y a la agencia por el amor de Xiu. Pero el suramericano no me creía y buscó a otros dos chinos con cara de torturadores y me dijo que si no confesaba ellos me comerían. Me dio risa semejante situación. Pero en eso, el suramericano hizo que entrara un joven hindú que tenía atadas las manos y acto seguido les dijo algo a los chinos torturadores que estos se le fueron encima al hindú como perros en un espectáculo terrible que se lo fueron devorando. Todo el cuarto quedó salpicado de sangre y pedazos de carne y huesos. Eso es para que veas que no te miento, dijo. Me desmayé y no volví, sino a los días a ser conciente mientras abría los ojos frente a un viejo ventilador. Y ahí estaba de pie con esa ridícula pose militar sureña, diciéndome: o me dices tus contactos o te jodes. Entonces le rogué que no era yo la causa de la desaparición de su hija, que es más, yo también estaba preocupado por su ausencia en manos de esos asesinos. Entonces no sé si comprendió pero en ese momento sonó el teléfono y un chino que siempre lo acompañaba le pasó el auricular y comenzó una jerga ensordecedora complementada con gritos y ademanes furiosos que fueron inundando la asquerosa habitación llena de lodo y alimañas, donde me tenía atado a la pata de una refrigeradora. Entonces cerró el teléfono y me dijo – Te salvaste, muchacho, ven conmigo. Me desató y juntos nos metimos a un Lada rojo que cogió por unas calles estrechas hasta salir a la autopista, de allí dobló como hacia el centro de la ciudad. Estaba anocheciendo y las luces de neón de Kualalumpur se encendían como todas las noches de su existencia. El auto se detuvo en una esquina cerca de un viejo teatro   donde una gente hacía fila para comprar tiquetes de cine. Entramos al cine, yo encañonado por el militar, me llevó a los baños y ahí estaba ella encañonada por los dos revólveres de los detectives de la agencia.  Entonces me di cuenta de que se trataba de un canje, como en las viejas películas.  Se hizo la entrega y me esposaron. La pobre Xiu se veía como drogada. Los dos elementos me bajaron hasta un callejón y me hicieron caminar hacia el mercado. Por su lado, el padre de Xiu  pensó que no iba dejar las cosas así y montó un operativo (como dicen) de persecución de los detectives. En una esquina, tras una balacera que me hizo quedar entre unos tanques de basura gravemente herido, le estalló una granada en el pecho. Los dos detectives fueron despadazados por los chinos amaestrados como dobermans, los otros salieron huyendo por las calles negras de Kualalumpur. Entonces fui tras de mi adorada Xiu que corría hacia las toldas improvisadas del mercado público, y donde sentía mi corazón otra vez vuelto a la vida con la brisa que traía el olor de Xiu, que a la carrera se escabullía por los quioscos azorados de mercancías y yo como sabueso con todo el amor hacia donde mi amada. Escuché el eco de una detonación y luego como una lanza puntiaguda, me cruzaba el alma y caía al piso de la acera traspasado, ensangrentado y moribundo y el policía con el arma en la mano diciendo en su jerga, -Otro ladrón del mercado que cae- lo supe porque ya estaba del otro lado del mundo, donde ya todo se puede o se sabe.


Lejanos parientes indecentes. 
a. morales cruz


jueves, 28 de enero de 2016

Sobre mascotas en la tierra



Una de las modas o manías de la modernidad actual son las ganas por hacerse de una mascota:  una boa, un perro, hámster, peces en urnas de vidrio. Una vez que lo compras en un Pet o lo encuentras en la calle o te lo robas cuando nadie se da cuenta, lo llevas a casa y ya es parte de la familia.

Conocí una amiga con un perro que le puso Héctor.  Le habla como si fuera un humano. Le prepara derretidos en el desayuno comparte un pedazo pizza los viernes en la tarde. Gasta sin asco en champú, desparasitadores, visitas medicas, pasta para los colmillos.

Lo contemplas (la hora de quedarte mirándolo, diciendo, que lindo es.. tierno.. el mejor amigo!
no sé qué haré cuando me falte).

Lo acaricias una y otra vez asi con suaves palmadas arriba en la cabeza.  Eres un buen chico, le dices.

Cuando lo que haces es tocarte a ti mismo.  Lo bueno que eres.  Lo bondadoso, querendón que eres. Y piensas que eres un modelo de persona.  Que aprecias el arte de tener una mascota como la que acaricias. Un hombre que ama a un animal, se ama así mismo y a todas las personas. Y piensas que así debería ser la humanidad.

Cuando no es a tu mascota la que amas,  eres a ti mismo al que amas cual narciso.

Muchos con el tiempo terminan pareciendo a su mascota..fíjate bien uno de estos días..


Hace miles de años, nuestros antepasados comenzaron a aceptar la compañía de lobos,posiblemente ejemplares que merodeaban por sus asentamientos, atraídos por los restos de comida o la curiosidad. La unión entre especies cuajó y ambas partes debieron de encontrar ventajas en su amistad. Los humanos dieron con un buen vigilante o un compañero de caza, mientras que los cánidos se desprendían de su fiereza a cambio de un sustento más fácil. Así, de esos lobos «mansos» surgieron los primeros perros, que con el tiempo hemos convertido en un extensísimo ramillete de razas, con variedad de tamaños, colores y caracteres prácticamente al gusto de cada dueño. Pero dónde y cuándo la bestia de los bosques se convirtió en nuestro mejor amigo todavía es un punto sin aclarar.
Hasta ahora, se creía que ese proceso había ocurrido originalmente en las comunidades agrícolas de Oriente Medio, pero una nueva investigación genética, en la que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), señala que los primeros perros fueron domesticados en Europa por cazadores recolectoreshace entre 18.800 y 32.100 años.

Lobo de hace 26.000 años
El estudio, que aparece publicado en la revistaScience, analiza el ADN mitocondrial de 18 cánidos prehistóricos de Eurasia y América de hasta 32.000 años de antigüedad, hallados en yacimientos y cuevas de Bélgica, Rusia, Suiza, Estados Unidos, Alaska, Argentina y Alemania, y lo compara con perros de muy diversas razas, lobos y coyotes modernos. El análisis descubrió que los perros modernos emparentaban más cercanamente con los cánidos prehistóricos europeos, incluidos los lobos. «Y ese parentesco es mayor que el que existe entre los cánidos prehistóricos europeos y los lobos asiáticos, lo que sugiere que el origen de los perros está en la domesticación de lobos de Europa y no de Asia», explica la investigadora del CSIC Jennifer Leonard, de la Estación Biológica de Doñana.
En busca de restos
Los perros se originaron en Europa hace más de 18.000 años
RBINS
Cráneo de perro de 36.000 años
«El lobo es la primera especie y el único gran carnívoro que los seres humanos hemos domesticado», afirma Robert Wayne, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), coautor del estudio. «Esto siempre me pareció raro. Otras especies salvajes fueron domesticadas con el desarrollo de la agricultura y aprendieron a coexistir con a los seres humanos. Pero esta situación es difícil para un gran depredador agresivo como un lobo. Sin embargo, si la domesticación se produjo de la mano de los cazadores-recolectores, uno puede imaginar que primero los lobos se aprovecharon de los restos de animales muertos que los humanos desechaban -un papel natural para cualquier gran carnívoro- y luego, con el tiempo, se acercaron al nicho humano a través de un proceso de coevolución».
La datación molecular sugiere que los perros domésticos modernos se fueron extendiendo desde sus orígenes en Europa hacia otras regiones del planeta, como Oriente Medio -hasta ahora considerado el origen de los perros- o el continente americano en compañía de sus dueños nómadas. El análisis genético de los restos de tres perros precolombinos americanos indica un origen común con los perros europeos, lo que apunta a que los cánidos domesticados llegarían al continente americano junto con los primeros humanos.
Divergencia genética
Esta idea también ayuda a explicar la posible divergencia genética que llevó a la aparición de los perros modernos. Los lobos que seguían los patrones migratorios de estos primeros grupos humanos habríanrenunciado a su territorialidad y tendrían menos probabilidades de reproducirse con lobos territoriales residentes. Wayne cree que existe un proceso análogo en la actualidad, la única población migratoria de lobos conocida existente en la tundra y los bosques boreales de América del Norte. «Esta población sigue al caribú durante su migración de mil kilómetros. Cuando estos lobos regresan de la tundra al bosque boreal durante el invierno, no se reproducen con los lobos residentes que no emigran», explica.
Los perros se originaron en Europa hace más de 18.000 años
CAA
Perro enterrado en Illinois (USA) hace 8.500 años
Los investigadores creen que estos datos genéticos deben ser confirmados con muestras significativamente más grandes que las que se encuentran en el ADN mitocondrial (aproximadamente 20.000 pares de base), pero se trata de una tarea complicada, ya que el ADN nuclear de los restos antiguos tiende a degradarse. A falta de más profundos estudios, podemos pensar que nuestros perros aprendieron a sentarse, girar y dar la patita en escuelas europeas.


lunes, 14 de diciembre de 2015

COMENTARIO DE DICIEMBRE



a fin de cuentas, yo no escribo poesía, ni siquiera soy un escritor, mas bien soy un reportero.  no hago poemas hago reportajes sobre la poesía como una intención de acercarme a ella en son de pedirle la mano, de comprometerme.. 

No  tengo libros de poesía.  Si te pones a ver bien, un libro publicado es un semilibro que culmina como libro cuando tiene aunque sea un lector.. 

yo tengo semilibros en proceso de descomposición por la mirada de cientos de lectores que no lo terminan o que ni siquiera lo abren.. 
son malditos espías utilizando la palabra mágica abracadabra...para ver si aparece el conejo de marras.

jueves, 19 de noviembre de 2015

la pandilla rota







Ahí estaba. Sentado en su sillón de terciopelo color sangre, en la abismada tarde de octubre, Poncio Pilatos, miraba con impenetrable intensidad la vasija de latón como si quisiera escudriñar los secretos de la gente en los mercados.  Las abolladuras, su comprensible degradación, su brillo opaco, mate, la nostálgica mirada se posaba cada vez más en ese objeto cotidiano cansado por tanto uso que le había dado en todos estos años y que continuaba acompañándolo como un familiar roto y decrépito.  Pero esta vez no podré lavarme las manos al tomar una decisión sobre un hombre acusado de no sé qué cosas que no encuentro delito alguno. Quedar bien con la secta? Echármelos de enemigos? Contradecir a Roma? Todos estos predicamentos le asaltaban su mente confundiéndolo cada vez. Atropellando su sensatez. En eso estaba cuando le vino de sorpresa esa lejana canción de cuna que le cantaba la mujer que lo atendía desde que nació en el barrio de Talava. Una incomprensible canción que guardaba ecos de una dulzura de mar y de cielo.
Y ese sorpresivo estado de atolondramiento de fugaces llamaradas y recordatorios descuidados ante tamaña decisión que debía tomar a más tardar mañana en la tarde después de la hora de los gallos, no lo pensó dos veces y mandó a llamar a su asistente, un joven griego que se le unió después de la batalle de Kalima un pueblito cerca de Macedonia de gente con más cara de hambre que de aspiraciones remotas sobre riquezas basadas en el oro. Un joven que le demostraba una diligencia y una finura infernal en sus quehaceres que él le mandaba a hacer sobre cosas de la administración de estos territorios conquistados por el imperio. Me voy a ir por las buenas. Por el lado correcto de la ley. Se le escucho apresurado por el pasillo que conducía a su escritorio. Entró mostrando una barba retecuidada y enseguida la expresión del amanuense “mande mi señor”.
Mira Agustión, tu sabes que tengo entre mis manos que tomar una decisión sobre ese hombre acusado por los israelitas, el que dice que es rey, el de los milagros etc. Bueno, quiero que me consigas toda la legislación romana y me saques un resumen de las cosas que me son útiles para tomar mi decisión.
Enseguida Agustión se puso a escudriñar toda esa papelería que guardaba una pequeña biblioteca a un costado del despacho de Poncio. Él sabía que esta era la oportunidad de oro para satisfacer al Cónsul de manera de quedar a la puerta de obtener la ciudadanía romana, ya que era un indocumentado feliz pero sin papeles y eso lo ponía en una posición de segunda entre los otros adláteres que formaban un cierto tipo de consejo de seguridad del Poncio. Era conocida la sagacidad de este muchacho, su meticulosidad y fruición ante misiones imposibles que acostumbraban a darle como casos más difíciles, “démoselas a Agustín”, pero así mismo él las resolvía a cabalidad desenfrenada.
Y así, fue tanta la  intensidad de la entrega para este trabajo que yo creo que no se dio cuenta que al final fue construyendo una nueva legislación con sorprendentes argumentos jamás vistos que empequeñecían las normas establecidas de una forma tan admirable que enseguida quedabas de acuerdo que así tenía que ser. Con recias verdades fue montando una retórica que daba gusto como si se abrieran todas las puertas de la sabiduría en un querer más y más. Era imposible, una vez que leías su perorata, desviarte de ese camino recto y silencioso imperturbable.
Oh, ya lo tienes? dijo Poncio. Si mi señor, espero que sea de toda su utilidad. Y quedó solo en su escritorio y comenzó a leer. Cada vez más se convencía que era un tratado insuperable que dejaba como bebé de pecho la otrora incomparable adusta normativa imperial, hecha por un montón de las mejores mentes sabias que contaba Roma. Pero que este chiquillo locuaz había partido en dos y obtenido semejante obra en el transcurso de apenas 24 horas, como si el dios jupiter le hubiera bajado a su escritorio y dotado de todas esas ocurrencias que le daban un cuerpo tan prístino y sólido que no había para más.
Enseguida, casi sin pensarlo, rubricó con su firma el documento para presentarlo ante el senado como si fuera suyo, con lo cual escalaría enseguida hacia el prestigio y todos no harían más que arrojarse a sus pies luego de leer semejante obra, que podría ponerlo en camino hasta convertirlo en el próximo Cesar, “y por qué no”,  pero también sabía que podría correr un poco de la sangre del autor original, caso que se saliera por la tangente diciendo que era él el autor intelectual y no Poncio de Talava. Envolvió el mamotreto en un papel manila mate y amarró con una lia haciendo un lazo meticuloso.
Creó que lo podría mandar cerca de la frontera con Persia, en el pueblito ese cuchitril donde la amapola burbulle por todos lados y la gente vive en una constante alucinación montados sobre sus pobres perros orinados y cagados por doquier. No hay agua, se la imaginan. Y con eso les basta. Podría asignarle para que represente el escriva que reúna los pormenores de la vida en ese tugurio. Le otorgaría la nacionalidad algo que el anhela como el que desea a la mujer más bella.
Les dijo a los del sanedrín que hicieran lo que les viniera en gana con el tal jesus pero que él tenía que partir hacia Roma en una misión incontenible que podría cambiar el rumbo de la historia romana y su estado en el universo. Estos lo miraron mal encarados y que cuándo volvería, que no lo dejarán solos con ese tamal. Y Pilatos les dijo no estoy hecho para atender casos de corregiduría como este que me presentan envuelto en ridículo papel periódico. Quiero que sepan que no me lavaré las manos, porque a partir de ahora me haré el sordo con este caso y para eso me llevaré mi platón mimado directo a la capital que otra misión inmensa me espera que me hará mirarlos desde arriba. La secta quedó atónita confundida mirándolo de arriba abajo comentando que hierbas ha podido tomar que le cambiase su talante de cónsul con su ropaje percudido y mal planchado. Y escupieron en el suelo.
Poncio le dio la espalda y monto en su caballo bayo donde a su mujer le gustaba verlo montado, pero como si él en verdad fuera el caballo montado encima de Poncio. Eran artilugios eróticos que su mujer practicaba que la hacían sentir tan satisfecha que no necesitara de Poncio durante meses.



Continua….

jueves, 5 de noviembre de 2015

3 DE NOVIEMBRE INDEPENDENCIA








Y preguntamos qué es la patria?

Victoriano Lorenzo en su caballo bayo a por la sabana abriendo surcos de libertad. Los ríos, las quebradas, el saino.. los llanos despiertos de la cholada. Resistiendo,  resistir, resiste..

Y seguimos preguntando qué es la patria?
A María Ossa en su portal empujando, que empuja abriendo los caminos, empujando, todo pudo ser esa mañana de noviembre, pudo ser eso que somos ahora, mujer, Sara ahondando en la espesura que nos dio cuerpo, historia, nombre..

Y continuamos preguntando qué es patria?
La hojalda haciéndose, el café humeando café, la tortilla changa en el carbón… la mañana esta plateada sobre la caña de azúcar, el barro de la tinaja reposando un ratito el agua fresca..

Y preguntamos qué es la patria?
El barrio y la pelota pica en la pared de la iglesia:  pic..pic… y tu abuela a las seis te grita:  “pasa pa dentro”  y  preguntamos qué es la patria…

Y otros preguntan qué es la patria?
El arado en la tierra, la tierrita al lado de la montaña verde, el tambor, socavón de alegría un lamento, pollerón extendido en el monte de capisucias, un madrigal, un ojua…!!  y el viento airea la quincha…

Y preguntamos qué es la patria
La ciudad, la city esparcida de malls, condominios, la ciudad rabiblanqueándose en extinción, (“ya no eres mío idolatrado Ancón”)  tirando más allá al bullicio popular, su desorden vital alejándose, lejos, allá nostalgia, city que me emputa, pero que amo…

Y continuamos preguntando qué es la patria?
Y la flecha nos atraviesa de mar a mar.. nos atraviesa la ruta de otros, los destinos acalorados de historias de pueblos nos atraviesan de mar a mar, y los atravesamos a ellos con mano extendida… de hermano a hermano…

Y aun preguntamos cómo es la patria?

La patria que nos asfixia y nos respira
La patria

la pregunta infinita

a morales cruz

miércoles, 7 de octubre de 2015

HOMICIDA





Identidades con silueta

 Entre Poncio Pilato y la ecología, había una disputa a muerte.
(Como no lo registró nunca la historia, se fue de boca en boca a través de los himnos babilónicos cantados en un arameo vulgar o algo parecido al chino de las regiones del sur).

Usar el agua para lavarse las manos de sangre? 

Homicida.


Por eso resolvió, que los hombres que vivian cerca de los bosques, derribaran los mejores árboles y cortaran en tiras, para colocar el hermoso cuerpo castigado en forma de cruz. Y todo, en el romántico ocaso de abril.  Frente a los cerros, con un sol desinflado, al pie del quirófano.  Completamente rosado.

a morales cruz

sábado, 21 de febrero de 2015

Paisaje de un bolígrafo contemporáneo



cómo puede un bolígrafo que funciona para escribir cartas de amor y facturas contemporáneas  servir objeto alternativo, como arma para exterminar a otro semejante por una deuda o por "viejas rencillas".   De eso trata la fotografía contemporánea?   

Esta parece una pregunta de trivia acomodada en una franja horaria de 3 de la tarde cuando a nadie la interesa un pito ni sobre fotografía ni sobre arte contemporáneo. 
Pero este es un tema de violencia. El simbolismo es de violencia. Es un titular periodístico de violencia. Hecho por un reportero que capta temas de violencia. Echo de menos su facilidad para encantar con terminaciones que inyecta en sus reportes sobre la víctima al decir que “no se metía con nadie”.  Qué estamos viendo?  

En el trabajo de Marian que presento es menos violento que la realidad mediática suburbana de rutina. Pero no ajena, si vemos los utensilios o elementos cotidianos sometidos a la pintura, fotografía, escultura y a los rayos equis por el cual todos debemos mirar el arte contemporáneo como una eterna pregunta sobre:  de qué se trata?

Son las cosas extrañas que no deberías guardar donde no debes o donde no van.  Cómo guardar tus cepillos de diente en el recipiente de agua que abastece el sanitario. O los zapatos en el frezzer de tu nevera.  Es esto el arte contemporáneo? Ahora te toca a ti…



'Blue rectangle' 2000

Watermelon and Quince
in Balance
, 2014






















Marian Drew, artista de la fotografía, Australia, 1960.  Marian Drew, born in 1960, Bundaberg, is one of Australia's most significant contemporary photographic artists. Drew's practice, spanning more than twenty years, is characterised by innovation and exploration of photo-media. Drew has held over 20 solo shows across Australia, United States, France and Germany and is currently represented by galleries in United States and Australia. Her work is held is many major public and private collections across Australia including Australian National Gallery, Queensland Art Gallery, South Australian Art Gallery and in the J. Paul Getty Museum in the USA.